Este es un entorno de naturaleza exuberante, un mundo envuelto en neblina, lleno de orquídeas, dominado por los aleteos y silbidos de una variedad
Este es un entorno de naturaleza exuberante, un mundo envuelto en neblina, lleno de orquídeas, dominado por los aleteos y silbidos de una variedad incontable de aves.
A tan solo 45 minutos de Quito, al noroccidente, se encuentra uno de los paraísos naturales de la Tierra: el Chocó Andino de Pichincha. Esta área protegida, de abundante flora y fauna, cumple un año de su declaración por la Unesco como la séptima Reserva de Biósfera en el mundo. Un entorno mágico de naturaleza exuberante y con innumerables aves que con sus silbidos encantan nuestras aventuras.
Esta región desciende por la ladera occidental del Pichincha y se ha convertido en el principal portal del ecoturismo del Ecuador. Debido a su proximidad a Quito, su fauna formidable y variedad de especies, espectaculares paisajes y gran diversidad. A esto agrégale comunidades cercanas como Nono y las ruinas precolombinas de Tulipe, es un destino verdaderamente especial.
Es parte de un proyecto pionero de hacer de las vías antiguas sin pavimentar un sistema de caminos ecológicos que ofrecen desarrollo sostenible a las comunidades. Cascadas, un río cristalino y una montaña son parte de la ruta, al bosque primario. ¡Es la ruta panorámica perfecta!
Es un bosque único que se extiende sobre lo que fuera un antiguo sistema de riego pre-incaico, es un paseo de montaña sencillo con la oportunidad de ver al precioso Colibrí Picoespada.
Quédate en casa de una familia o en una cabaña administrada por el pueblo en este proyecto de conservación, turismo comunitario y sustentable (desvío a la altura del km 26 vía a La Independencia).
Un pueblecito rodeado por montañas y bosques con unos cuantos restaurantes, prueba sus empanadas, puedes conocer como son sus casas, su modo de vida y decoración. Son bonitas casas pintadas en una pacífica plaza central.
Cuando te diriges hacia el oeste por la vía Calacalí-Independencia elige tus puntos de descanso:
Este “encantador de tororois” es nada menos que una celebridad en el mundo de la observación de aves. Los tororoi (o Antpittas) son extremadamente difíciles de hallar, pero Ángel ha desarrollado una forma de atraer a las especies más escondidizas hasta su mano (los pájaros responden a los nombres que él les ha dado: Rosita, Cariño, Susan o Shakira…). También organiza visitas a su reserva donde cuida de gallos de la peña.
Es uno de los pocos cráteres en el mundo donde habita gente, es un entorno mágico que es propicio para practicar deportes de aventura y observación de naturaleza.
La sola perspectiva desde el Mirador del Cráter de Pululahua es algo que llama la atención de los visitantes, por el movimiento de las nubes. En segundos puedes tener una visión maravillosa al cráter y segundos después la neblina impide mirar el paisaje. Visita el restaurante El Cráter, y sólo durante el almuerzo eso puede ocurrir dos o más veces.
El volcán Pululahua está ubicado a solo 30 minutos de Quito en la vía Calacalí-Los Bancos (desde La Mitad del Mundo). La Reserva Geobotánica Pululahua tiene una extensión de 13.000 hectáreas. Es un santuario natural para varias especies de animales, plantas e insectos y acoge a una pequeña población que encontró en el interior de su cráter tierra fértil para la agricultura. La vida aquí pasa lentamente al ritmo de aquellas nubes que cobijan intermitentemente el interior del volcán.
Son varios los circuitos para hacer trekking, uno de ellos es descender desde el mirador por un sendero bien marcado, un camino que ofrece espectaculares paisajes, desde donde puedes realizar caminatas o ciclismo de montaña, en 2 cerros el Pondoña y el Chivo que están en el interior del cráter. Por el acceso conocido como Moraspungo, a 5 minutos de Calacalí, accedes al sendero conocido como “El Viento”, en honor de la fuerte brisa que golpea la zona. Es un sendero fácil y se disfruta mucho en familia (750 metros de caminata). Finalmente, puedes continuar, desde el interior del cráter, hacia Nieblí. Para ciclistas de aventura hay un descenso de 20 km llenos adrenalina y 4 horas de intensa aventura en lo que se conoce como “El Infiernillo”, en la cuenca del río Guayallabamba.
Conoce uno de los bosques primarios más densos y mejor conservados de la zona de Quito.
La Reserva de Maquipucuna es un lugar para aventureros, aficionados de las aves y amantes de la naturaleza. Abarca alrededor de 5.000 hectáreas de reserva privada alrededor de su lodge y 14.000 ha. de área de conservación complementaria. El proyecto fue concebido a finales de los años 80 como una organización sin fines de lucro para la conservación de biodiversidad y el desarrollo sustentable del uso de recursos naturales de la región noroccidental, y fue actor fundamental en la promoción del buen manejo de las áreas naturales (estatales y privadas), apoyando programas de ecoturismo para empoderar a las comunidades locales, haciendo hincapié en la educación ambiental.
Muchos visitantes buscan ‘autenticidad’ cuando viajan. En Santa Lucía, que es propiedad y está dirigida por personas locales, ofrecemos exactamente eso.
El ecoturismo responsable vincula los objetivos conjuntos de la Cooperativa Santa Lucía de proteger la reserva del bosque nublado y proporcionar un ingreso sostenible para sus miembros. Al visitar Santa Lucía, está haciendo una contribución directa a la conservación y a nuestra comunidad local.